¡Que manía tiene la gente de cantar en cuanto se hacen famosos!. ¿Por qué no se aplican el manido refrán de "zapatero a sus zapatos"?. Perico Fernández, campeón mundial de boxeo en 1974, en la modalidad de los pesos superligeros (menos mal que no fue en los pluma, argg, argg, argg), no contento con dar ostias a diestro y siniestro y hacerse más popular que la paella, también quiso "ostiar" a nuestros delicados tímpanos con su voz. Y lo hizo con un maravilloso juego de palabras en el título en este rock trasnochado y bacaburril donde el púgil gorjea y berrea como si se hubiera pillado el prepucio y/o testículo con la bragueta del pantalón (ad memoriam "Algo pasa con Mary"). Y es que yo creo que en aquel momento ya estaba un poco tocado porque no se le entiende muy bien...que ya sabemos que tanto puñetazo en la morra y en las sienes lo dejan a uno más "p'allá que p'acá". A mí, como esto de que salgan a ring y se den de mamporros no me pone nada, pues he decidido ponerme una falda abullonada de topos, un jerseico de angora y unas manoletinas rojas y, emulando a mi querida Sandy en Grease, me he puesto a bailar este rock'n'roll con mi amigo el gorrioncillo Monchi, que como está de fiesta, lo tengo pululando por mi casa-nido.
sábado, 3 de abril de 2010
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